El envejecimiento es un proceso biológico natural, que bajo la acción del tiempo y de la herencia, se van perdiendo capacidades biológicas, psíquicas y socioculturales que repercutirán en las necesidades nutricionales y en los hábitos alimenticios.
El paso del tiempo y la genética no son modificables, pero sí que puede condicionar la forma de envejecer, factores externos como la alimentación, las enfermedades y la situación social y económica.
Por ese motivo, es conveniente mantener la actividad física y psíquica y prevenir problemas nutricionales mediante una alimentación adaptada a las necesidades especiales para garantizar una buena calidad de vida y bienestar personal.
Cambios en la composición corporal:
- Altura: se pierde aproximadamente un cm de talla por cada década a partir de los 60 años. Se relaciona por el aplanamiento de las vertebras y la curvatura de la columna vertebral.
- Peso: A partir de los 60 en los varones y de los 65 en las mujeres se produce una pérdida de peso fisiológica de 0,5 kg al año. Esta pérdida de peso se debe a la disminución de la masa magra (músculo, hueso y agua).
- Agua corporal: se produce una disminución del agua corporal. También hay que sumar la alteración del mecanismo de sed, lo que hace necesario vigilar la cantidad de líquido que consumen, para evitar la deshidratación.
- Masa muscular: con la edad disminuye la masa muscular (sarcopenia), que va a conducir a una pérdida de fuerza y una menor actividad física, lo que determina un menor gasto energético, y la reducción de los requerimientos calóricos del individuo.
- Masa grasa: la grasa corporal aumenta y se redistribuye, disminuyendo el tejido adiposo subcutáneo (adelgazan brazos y piernas) y aumentando a nivel abdominal (obesidad abdominal).
- Masa ósea: disminuye la densidad mineral ósea, lo que predispone a la osteoporosis y aumenta el riesgo de fracturas.
Cambios que van a condicionar el estado nutricional:
- Reducción de la ingesta de alimentos: debido por, las pérdidas dentarias o problemas con las dentaduras postizas que acarrean trastornos en la masticación de determinados alimentos (carne), disminución de la producción de saliva, pérdida del sentido del gusto por atrofia de las papilas gustativas y dificultades para la deglución (disfagia).
- Disminución de la absorción de nutrientes: debido a la atrofia de los órganos responsables de la digestión y absorción.
- Estreñimiento: ocasionado por la disminución de la motilidad intestinal, el sedentarismo y la insuficiente ingesta de líquidos.
- Cambios en el sistema nervioso: disminuye el número de células y se altera su funcionamiento. Los movimientos se hacen más lentos y falla el pulso (temblor senil), alteración de la memoria, disminución de los sentidos (vista, gusto y olfato), que afectan a la capacidad del anciano de alimentarse por sí mismo y le obligan a modificar sus hábitos alimentarios previos.
- Cambios a nivel metabólico: intolerancia a la glucosa (aumenta la prevalencia de diabetes), modificación de los valores de colesterol y tendencia a la hipovitaminosis, especialmente con déficit en vitamina D en personas que se exponen poco al sol.
Alimentación en la tercera edad:
Las necesidades nutricionales no son las mismas que las del adulto y las consecuencias de la malnutrición son más graves. Las necesidades energéticas son menores, pero las necesidades en nutrientes no disminuyen y hay que prestarles atención.
La alimentación adaptada.
La alimentación tradicional es la elección ideal siempre y cando, además de las calorías necesarias, se aporten todos los nutrientes en las cantidades adecuadas para mantener un buen estado nutricional.
Cuando nos encontramos en diferentes situaciones, no se cumple este requisito y se hace necesaria la alimentación adaptada, beneficiosa por:
- Comidas con poca sal y poco azúcar, pero con sabor intenso y atractivo para personas que han perdido capacidad gustativa.
- Comidas que pueden alternarse o mezclarse con platos caseros para enriquecerlos.
- Comidas con textura adaptada, fáciles de masticar y tragar, especialmente en personas con dificultades al tragar o disfagia.
- Comidas seguras (microbiológicamente), fáciles de preparar y de larga caducidad.